jueves, 31 de julio de 2008

Un día gris

A dónde se marchó mi luna inspiradora, dónde se escondió el sol, porque oculta su ardiente rostro dejándome en tinieblas. Gotas gruesas de rocío caen por mi rostro siendo mi única compañía en este día eterno.

No existen las estrellas hoy, no hay viento…sólo el mar bravío deja escuchar su rugido desgarrando una vez más mi corazón adolorido. Gotas gruesas de color escarlata empapan el suelo por dónde mis pasos deambulan.

Por dónde caminar sin desfallecer y morir lentamente…dónde están tus ojos ahora que los necesito para ver en esta negra noche. Gotas gruesas de dolor impregnan mi alma llena de agonía.

No existe el frío o el calor…sólo esta muerte triste y lenta que carcome cada centímetro de dicha, de felicidad, de placer. Gotas gruesas de amargura envenenan mis labios ahora pálidos y secos.

De dónde salió la sombría presencia de la tristeza, en dónde escondió tus dedos largos y fríos como la muerte misma. Gotas gruesas de desdicha van tiñendo de azul un día claro que aún lleva tu nombre.

miércoles, 30 de julio de 2008

Mi amado

Tu recuerdo se esfumó entre mis dedos, tu silencio me habló al amanecer pero yo no estaba más para ti. Mis oídos se cerraron a tu voz y mis labios olvidaron como se pronuncia tu nombre.

Un día te marchaste y me fui a tu encuentro mas tus pasos siempre estaban lejos de los míos. Un día no encontré tu rastro y no supe a donde ir a buscarte. Creí encontrar tus huellas sin embargo me regresaron a las míos.

Me llamaste a la distancia mas en tu voz no reconocí mi nombre y seguí otro camino. Volví la mirada de cuando en cuando para ver si aún podía ver tu reflejo en algún rocío del amanecer pero sólo era el mío pintado de azul.

Avance un trecho desconocido, sin miedo y sin premuras y me adentre en otro mundo. Una voz familiar pronunció mi nombre en un lenguaje ajeno para mis oídos pero tan nítido para mi corazón.

Tus huellas ya se habían perdido y en mi loco caminar otro aroma me guiaba hacía el y sin pensarlo ya sus brazos me cobijaban y su aliento me volvió a la vida.

Quiero ver nacer un nuevo día abrigada en tu pecho y si eres tan sólo un sueño ya no quiero despertar amado mío

sábado, 26 de julio de 2008

Príncipes no tan azules

Por mucho tiempo llegué a creer en los “príncipes azules”, aquellos apuestos caballeros que rescatan princesas desvalidas. Y viví mucho tiempo a la espera de conocer uno.

Cierto que yo no era una princesa, ni tampoco era desvalida, pero nada me costaba soñar. Hasta que por fin un día ese sueño se hizo realidad… y ahí estaba él, mi príncipe azul. A decir verdad no era príncipe y menos azul, por cierto tampoco tenía caballo. Pero ahí estaba ante mis ojos el soñado caballero.

En un primer momento, rehuída su mirada pero conforme pasaron los minutos ya no lo hacía y al cabo de unos instantes, mi príncipe se había acercado a presentarse e invitarme muy cordialmente a tomar un café. Yo todavía encandilada por aquel mozuelo de sonrisa perfecta, acepté con el mayor gusto del mundo.

Aquella tarde fue muy amena y placentera y por ende quedamos en vernos en otro momento. Intercambiamos números de teléfono y correos electrónicos, era un príncipe moderno. Cuando se fue me quedé pensando en sus cabellos ligeramente rizados y en sus ojos castaños y profundos, estaba embobada y me preguntaba de que cuento se había escapado.

Sin embargo, en las siguientes salidas, el encanto del príncipe aminoraba paulatinamente. No era ni la mitad de romántico que había pensado, no quería un dulce a mi lado, pero tampoco un desinteresado total en ese aspecto. Lo más lindo que me dijo durante todo el tiempo que lo frecuente fue un “Me interesas demasiado Gabriella”.

Para mi fue un “ohhhhhh” pero todo quedo en suspiros, esperaba que después de eso me dijera algo más… pero estaba esperando por gusto. Ya la venda inicial del primer encuentro se había caído con todos aquellos “detalles” y pude darme cuenta de lo superficial que podía llegar a ser.

Se preocupaba sólo por su físico y el mio y de cuanto tengo que cuidarme para verme bien y pareciera que para estar junto a él, tendría que cuidarme por el resto de mi vida hasta que la cordura nos separe. Eso indiscutiblemente no tenía sentido para mi.

De pronto mi “príncipe azul” resultó un pretencioso y arrogante jovenzuelo, era la antítesis de lo que yo esperaba de un príncipe y después de hablarlo con él, decidí abandonar el cuento.

Ahora pienso, dónde están aquellos príncipes azueles? Acaso la modernidad arrasó con todos ellos?... Llámenme ilusa pero yo aún sigo esperándolo, cuanto tarde en aparecer.. no lo sé, espero no mucho y espero valga la pena esta vez.

Te quiero

Hace algunos días tuve el gusto de hablar con un amigo al que estimo mucho pero por diferentes razones, no había podido conversar con él desde hace algún tiempo. Al final de la conversación me dijo algo que extrañamente me sonó curioso, “oye, te quiero” y agregó “es una campaña que estoy haciendo, hay que decirlo más seguido, no?”.

Esa noche me puse a pensar a cuantas personas les he dicho “te quiero” últimamente. Estoy conciente de que si lo hago con algunas personas, pero no con todas. Será que asumimos, que ya por demás las personas que nos rodean saben que las queremos y en ese asumir ya no lo decimos.

Muchas veces, esas palabras mágicas “te quiero” es la que esperamos escuchar y no sólo eso, si no que necesitamos escuchar o leerlo en todo caso. A quien no le gusta sentirse querido, sentir que los demás realmente nos valoran.

Un “te quiero” puede transformar una mañana gris, un “te quiero” puede arrancar una sonrisa, un “te quiero” puede levantarte si has caído…. un “te quiero” puede cambiarte la vida… así de simple.

Sé que es bastante idealista pensar que todos nos diremos “te quiero” más seguido pero alguien tiene que dar el primer paso, verdad?...

viernes, 25 de julio de 2008

Amistades recuperadas

En esos días de no saber realmente por donde estoy caminando conocí a un hombre lo bastante interesante como para quedarse conversando una apacible tarde de primavera, pero no lo hice. Sólo atiné a pensar, "seremos grandes amigos".

Nada es producto del azar, todo pasa por alguna razón. A primera luz de la verdad, éramos simple y llanamente un par de locos que conversaban de todo, hasta de las tonterías más grandes, buscando un motivo para carcajearnos.

Alguien a quién estimo muchísimo me había recomendado no pasar tanto tiempo con una sola persona, es “pe- li – gro- so”, que dije yo “naaa”. Con el pasar de los días ese “naaa” se quedo sin argumentos. Ya empezaron esas búsquedas de quedarse más tiempo a solas.

Ahora ya no había un “naaa” que decir, ahora era un “hey, tenía razón” y después de un beso tímidamente dado, siguió una especie de romance más pasional que cualquier otra cosa. Llegué a pensar en “no importa, no me siento mal”.

No pasó mucho tiempo, hasta que un día de esos que llegan de vez en mes como dice la canción de Arjona, esos días que tienen diferentes efectos en cada fémina, me ponga a pensar en que tan bien me siento con eso y en si debería o no de continuar.

Éramos concientes de que ni él ni yo queríamos llegar a más en esa pequeña aventura; sin embargo, no dijimos nada y bueno continuamos alimentando la “pasión” temporal. Obviamente no era algo que hayamos estado contando a amigos, era nuestro otro lado de la luna.

En fin, nuestro camino había llegado a su parte concluyente y las cosas simplemente se dieron. Por diversos motivos los dos nos mantuvimos ocupados en diversos asuntos y si bien es cierto hablábamos seguido, la pasión existente fue muriendo, eso puedo afirmarlo de mi parte, y la amistad inicial salió nuevamente a flote.

Nos equivocamos?, es muy posible. Pero como dicen no hay que llorar sobre leche derramada. No voy a negar que la pasé bien equellas épocas, mas ahora estoy en otra etapa dónde si pienso mejor las cosas, ya no lo haría, donde mis propósitos son otros, donde mi camino es otro.

Realmente ese fue un juego peligroso, de doble filo. Para suerte de ambos, seguimos siendo buenos amigos hablando de todo un poco cada vez que podemos; pero no siempre estos asuntos resultan bien. Consejo, pensar bien antes de hacer alguna cosa y si decides hacerlo asumir los riesgos que esto trae consigo, vale decir, perder una amistad.

jueves, 24 de julio de 2008

Mi melancolía

Hay días en los que te extraño mucho, miro al cielo y pienso que debajo de esta bóveda azul estás tu en algún lugar de esta tierra hermosa. En un intento por escapar temporalmente de tu recuerdo me ocupo en algo, mas mis pensamientos no logro apartarlos de ti. Es increíble como has ocupado tan pronto y tan considerablemente mis días.

Un 24 sucedió algo mucho más que especial, algo indescriptible, lograste borrar más de una marca existente, logre olvidar pequeños retazos que aún podrían haber quedado ocultos en algún lugar de mi corazón.

Justo hoy, he sentido ganas de abrazarte tan fuerte y no dejar que te fueras nunca…mi melancolía se apodera de mi, en un día especialmente hermoso. Tus huellas están tan presentes en todo lo que hago.

Hoy sentí tu aroma entrando por mi ventana embriagando tiernamente mi habitación, tu voz que me llamaba, encrespando mis vellos… pero sólo era el viento, sólo era mi imaginación volando a mil.

A pesar de todo, el día se ha pasado con relativa rapidez… este 24 el día está abandonando su existencia dejando paso a uno nuevo… dónde sólo cambiará la fecha, dónde el extrañarte seguirá quizás con menos intensidad, o quizás no.

Me dormiré en mi mullido lecho, soñaré con tus labios y te robaré un beso cuando estés distraído, soñaré con tus ojos y reflejaré mis deseos en ellos. Soñaré… en un intento desesperado de que mis sueños te traigan hacia mi o me lleven irremediablemente a ti.

miércoles, 23 de julio de 2008

Cierra los ojos!!!

- Cierra los ojos!!!
- Pero me voy a caer!!!
- Nooo, yo te guiaré, vamos ciérralos!!!

Así accedí a cerrar los ojos y temerosamente deje que Gian Luca guiara mis pasos. El camino se hizo un poco más largo de lo habitual y sólo podía sentir sus manos en mis hombros y la tenue luz de la calle.

De pronto el camino se hizo más suave y Gian Luca hizo que me detenga en cierto lugar. Luego sentí como se cerraba una puerta, el ambiente que recuerdo tenia un aroma agradable, no distinguía si eran flores y me intrigaba el piso suave. Yo seguía parada en lo que aparentemente era el medio de su departamento. En mi rostro dibuje una sonrisa y pregunte si ya podía abrir los ojos. El contestó que aun no y pude darme cuenta de que estaba encendiendo velas, ya no sentía la penumbra.

En un momento me dijo que extendiera mi brazos como si fuera a sostener algo, dudando y sin premura lo hice y en ese momento me pidió que abriera los ojos. Wow!!! Era un hermoso ramo de rosas lo que tenía entre mis brazos y eran miles de pétalos de rosas bajo mis pies y regados por todo el recinto, eran velas de colores las que iluminaban calidamente la habitación.

Mi cara era de absoluta sorpresa, tarde un poco en regresar a la realidad y cuando lo hice no pude más que abrazarlo y darle un beso con la mayor emoción. Me sentí tan tremendamente halagada por todos los detalles. “Es en compensación por haber estado ausente tanto tiempo” diciendo esto me sentó a la mesa.

Había preparada una cena bastante agradable con vino incluido y se había tomado la molestia de que todo quedara en perfecto orden para una velada asombrosa. Fue una de las sorpresas más bellas que alguien podría haberme ofrecido hasta aquel momento.

Culminamos de cenar calmadamente y luego nos terminamos el vino, conversamos un poco, reímos otro tanto y guardamos silencio también. Ya muy avanzada la noche, el sueño se había apoderado de nosotros. El se recostó y yo junto a él; su mirada me buscaba, sus labios me deseaban pero yo no quería más que descansar un poco antes de ir a casa.

Habían pasado ya un par de horas cuando decidí partir a mi hogar. Me aliste para salir, me volví a peinar y a ponerme un poco de lápiz labial. “Gian Luca ya vamos”… pero no me respondió, él se había quedado dormido y entre sueños me dijo “duérmete conmigo, es tarde” y se acomodó en su almohada. Mi desesperación se acrecentaba ante no poder ni saber como salir y regresar a casa. Yo hasta ese tiempo, era muy miedosa, casi no salía sola y estaba acostumbrada a que me recogieran y dejaran en casa. Era incapaz de coger sus llaves y salir en busca de un taxi a esas horas de la madrugada.

Varias veces intente despertarlo y pedirle que me llevara a casa, pero fue en vano. Yo no pude conciliar el sueño, miré mi reloj y mi permiso ya había pasado abismalmente de sus límites. Eran las 3 de la mañana cuando decidí sentarme junto a la ventana y ver angustiosamente como pasaban los minutos lentamente. Mis ojos permanecían abiertos y algo húmedos por la impotencia de no poder hacer nada. Recliné mi cabeza en mis rodillas, cambie de posición, mire de reojo a Gian Luca, quien dormía ajeno a mi angustia. Volví a mi posición original a seguir observando la oscura noche.

De pronto la eternidad de la noche había empezado a clarear, dejando ver las siluetas de las casas del vecindario y a lo lejos la neblina típica de una mañana limeña. Me volví a levantar y nuevamente me acicale cual felina, con toques de agua nada más. En ese momento Gian Luca se dio cuanta que no había dormido toda la noche y su mirada fue de tristeza y reproche hacia si mismo.

Caminamos a un lugar donde podría irme con tranquilidad, le di un beso intentando tranquilizarlo y desaparecí de su vista. Ya camino a casa no pensé en otra cosa que el sermón que me esperaba y quien sabe que cosas más. Hasta ese día nunca me había quedado a dormir fuera de casa, a menos que sea en la casa de algún familiar. Supuse que en mi casa encontraría esa mezcla de preocupación, decepción y rabia, una combinación nada agradable.

Llegué a casa a las 6 con 30 de la mañana y ni bien abrí la puerta escuche mi nombre dicho con rudeza. Mi rostro se lleno de lágrimas, cerré los ojos, entre a la sala y no tuve más remedio que enfrentarme a mi castigo.

Universidad para toda la vida

Esta bien, lo diré una vez más, extraño la universidad!!!. No puedo creer que lo este diciendo, algunos años e incluso meses atrás me había repetido muchas veces cosas como: detesto la universidad, ya quiero estar lejos, no la soporto, jamás la extrañaré. Nada más falso.

Después de terminar la universidad, una mañana desperté con una melancolía que se asomaba grandemente en lo más hondo de mi pecho. Creo que ese día pasé recordando desde el momento en que me paré frente a una edificación de proporciones mayores, buscando la sala que me correspondía para dar mi examen de selección. Cuando por fin llegue al recinto, encontré las mismas caras de preocupación y nerviosismo que la mía, me sentí más aliviada.

Los resultados obtenidos en aquel examen obviamente fueron positivos, de lo contrario no existiría este relato. Recordé cuando por primera vez pisé una de las aulas. Aquellos primeros meses era la más empeñosa, me preocupaba por detalles mínimos y tomaba nota hasta de lo que ya sabía por demás. Con el pasar del tiempo me volví más analítica y aprendí a filtrar información.

Cuanta gente ha pasado a través de ese camino…personas que he tenido el gusto de conocer pero que por diversos motivos ya no los veo, algunas de esas personas dejaron gratos recuerdos y se que a la distancia también me recuerdan. En uno de esos ciclos de estudio tuve la suerte de conocer a un pequeño grupo de chicas con las que congeniamos mágicamente. Desde aquellos días hemos compartido más que simplemente alegrías. Hemos llorado juntas en algún momento, hemos pasado malas noches y otras muy buenas. Siempre he dicho lo mejor que una persona puede conseguir son los verdaderos amigos.

Recuerdo con cariño a los profesores, algunos de ellos muy carismáticos que ponían el toque de alegría y entusiasmo a las clases, otros un tanto más estrictos que nos lograban poner hasta tensos. Todos aquellos momentos, los exámenes bien dados, los que uno sentía ganas de esconderlo por la pésima nota obtenida, los trabajos hechos a última hora, los elaborados, los olvidados, los pasados por alto.

Todo en conjunto ha sido una gran experiencia en mi vida, no puedo negarlo que le tengo mucho cariño a mi universidad, no por los títulos de calidad que pueda tener, si no por que he aprendido mucho más que materias dictadas en las aulas.

Hoy quiero enviar un saludo muy cariñoso no sólo a aquellas cuatro chicas con las que usualmente hablo, el grupo “Sex and the City”, si no a todos aquellos amigos que he conocido en estos últimos ciclos y a todos aquellos con los que no hablo seguido pero que ocupan un lugar importante en mi corazón por que de una u otra forma han hecho mucho por mi.

Nacimiento de una brujita

Cariñosamente algunas personas me han bautizado como “brujita”, los motivos aun no me han quedado completamente claros pero haré el intento por buscar respuestas.

Muchas personas saben que soy fanática de los libros de Harry Potter y que he leído ávidamente cada uno de ellos; por ese lado podríamos decir que soy una especie de brujita. En años pasados he jugado a ser un personaje del mencionado libro y hasta tenía una varita, gentileza de un amigo a quién trágicamente o maravillosamente sumergí en ese mundo de fantasías. Hasta ahora tengo esa varita y cada vez que la veo no dudo en lanzar al aire uno que otro encantamiento, claro que nada ocurre, si estaría en una película seguramente sonaría el clásico grillito y nada más.

Ahora bien, ese podría ser un buen motivo para llamarme “brujita”; pero aun no satisface del todo mis respuestas debido a que no tengo la certeza de que todos sepan ese lado “mágico” que me apasiona tanto. Aquí va un segundo motivo también poderoso que son mis cabellos rebeldes y desordenados, hasta ahora sigo sufriendo con mi cabello cada vez que tengo una entrevista de trabajo, últimamente ni las cremas para peinar funcionan del todo bien.

En algún momento en casa me han dicho “oye bruja” refiriéndose a mis cabellos, los cuales muchos admiran por que no saben a lo que me enfrento cada mañana. Esas serían básicamente las razones más sensatas a mi entender.

Otra razón más egocéntrica y por que no decirlo pretenciosa de mi parte, sería haber hechizado a algún incauto galán que ha tenido la casi fortuna de cruzarse en mi camino. Claro que está razón solo es valido para algunos escasos casos pero por que no ponerlo en la lista de “posibles respuestas”. Déjenme subirme un poquito el ego, a nadie le hace daño darse un poco de valor y cariño.

A pesar de estas razones mi curiosidad no ha sido satisfecha así que si alguien conoce una razón más o apoya una de estas por favor no dude en hacérmelo saber. Soy demasiado curiosa como para vivir con esta duda.

martes, 22 de julio de 2008

Entre la línea de lo correcto y lo errado

Como saber si lo que estás haciendo es lo correcto o no? Estoy segura de que más de una vez y más de uno de nosotros, si no somos todos, nos hemos visto en situaciones en dónde no estamos tan seguros de que estamos haciendo lo correcto.

Alguien me dijo, que cuando uno hace las cosas bien, se sentirá bien y satisfecho… no estoy del todo de acuerdo… hay situaciones en las cuales hacer algo que sentimos es lo correcto cuesta muchísimo, por diversos motivos, es negarse quizás hacer algo en el presente para logra un bien en el futuro y no hablo de cosas materiales.

Decidí hacer las cosas de manera correcta y prometí hacerlo, aunque a veces siento que esa promesa es mi condena. He tenido varias veces que recapitular por que lo estoy haciendo o en todo caso por que no estoy haciendo lo que tanto deseo.

El hacer las cosas que consideramos correctas conlleva a una causa y efecto, las cuales debemos estar dispuestos a afrontar, como dije antes para poder lograr resultados. Actuar bien siempre tendrá buenas consecuencias y siempre se cosechará algo positivo.

Nadie dijo que lo correcto es fácil, y a su vez nadie dijo que lo fácil es lo errado; a mi parecer, todo dependerá de cual sea la situación y que tan superficial o profundo pueda ser.

Por ahora seguiré haciendo lo que asumo es lo mejor no sólo para mi si no para aquella persona que se ha encargado de robarse día a día un pedacito de mi corazón.

Cuando las historias se cruzan

Usualmente yo detesto ser despertada a mitad de la noche y cuando eso sucedía lo primero que hacía era renegar antes de acudir a un llamado o de contestar el teléfono con su chillido incesante. Muchas veces después de ser abruptamente arrancada del país de los sueños me he quedado viendo mis cuatro paredes o escuchando el “tic tac” del reloj; fácilmente podía pasarme mucho tiempo antes de poder volver a dormir. Y de repente sucedió, una llamada me despertó a mitad de mi confortable sueño… le contesté con mi voz de engreía, hablamos un buen rato y me quede sonriendo pensando en lo agradable que era hablar con él. Me volví para acomodar mi cabeza en otro lado y me dormí plácidamente. Es increíble como cuando alguien realmente te interesa, muchas veces cambia tus hábitos y tu manera de actuar.

Yo misma me sonreí y dije “ya estas frita” … el tiempo me dio la razón. Si no nada de lo ocurrido aquel bendito 17 se habría dado. Analizando la situación, esta historia realmente inició aquel día?, es suficiente unas copitas de Tekila para saber que alguien esta transformando tus días? A mi parecer no… creo simplemente que esta historia ya se fue escribiendo poco a poco desde hacía tiempo atrás. Cuando exactamente, no lo sé, quizás mucho antes de aquellas noches en las cuales podía pasarme horas al teléfono hablando con él y al día siguiente no poder ni querer levantarme.

Sería cuestión de ponerme a pensar un poco y no sólo en el presente. Aunque, alguien una vez me dijo: “ya no pienses tanto en como paso, piensa en que sucedió y vive el presente y guarda un poco para el futuro”. Quedará de tarea para esta noche y consultarlo una vez más con mi almohada.

Se que en algún lugar de Lima tu también habrás dedicado unos minutos para pensar en mi. Se que también has pensado en por qué si soy tan dormilona no te he mandado a rodar a mitad de la noche y sé también que te has respondido, por que las razones las sabes y de sobra.

Intentos

Esta carta no fue enviada en su tiempo, ni a la persona a quien fue dirigida. Cuando se la envié por fin, fue como enviarle un escrito más y creo que nunca supo que fue para el...
...En su tiempo significó mucho para mi, pero ahora si es un escrito más y parte de una historia pasada.
Hola

Acabo de llegar de la Estación de Barranco, tomé algo demás para olvidarme un poco de la real situación, aún el alcohol sigue dando vueltas en mi sangre, es difícil imaginarme a esta hora tratando de escribir una carta con las ideas aún nubladas por el exceso de alcohol en mi. Hace tiempo que no sentía este sentimiento de soledad y vació, será la noche fría digo yo, no lo sé. Creo que mañana me olvidaré de lo que en este momento estoy sintiendo para perderme nuevamente en la rutina de mi día. Naturalmente ahora siento deseos intensos de plasmar mis pocas ideas claras en una carta quizás absurda, quizás a la persona menos indicada, no hay vuelta atrás puesto que ya lo estoy haciendo.

Quizás pensarás que ya estoy loca, puede ser, sólo espero no decir nada inapropiado en esta carta que aún no le encuentro significado, puede que sea sólo el deseo intenso de que alguien me escuche en este instante donde todos buscan el placentero sueño y sumirse en el descanso natural que cada uno busca. A decir verdad, ahora te imagino durmiendo gustosamente sin tan siquiera imaginar que alguien se tomaría la molestia de mandarte una tonta carta, plagada de cosas sin sentido.

En algún momento pensé en todo lo ocurrido y me parece una tontería, sigo siendo estúpida, sigo sin hacer lo que me manda el corazón, aún pienso mucho sobre lo que tengo que hacer y sobre lo correcto. Muchas veces me arrepiento, otras veces no, pero se que en algún momento seguiré mis instintos y no me arrepentiré de lo que pase aún sabiendo quizás que no fue lo correcto. Aún sigo soñando como antes, como cuando era niña; el tiempo ha pasado más mis pensamientos de un castillo y de un baile real y de un príncipe azul que me rescate del profundo y oscuro abismo en el cual siento que estoy presa, me rescate o simplemente me de su mano y me ayude a salir, no importando que se quede a mi lado o me vuelva la cara para dejarme una vez más libre y solitaria como una mariposa única en su especie que sólo busca volar y llegar a lugares hermosos que satisfagan sus deseos de ser feliz.

Es hora de buscar refugio en los cálidos brazos de Morfeo, dónde ni el calor ni el frío me hagan retroceder, dónde solo yo y mi caballero de los sueños seamos uno.

Siempre pensando en ti

El final de un cuento

Quién no ha tenido historias que cerrar?

Esta es la mía.

Hace unos años conocí a un sueño hecho realidad en aquel entonces… y me enamore de él y conquisté su corazón con una copa de más, curioso no? el licor siempre ha causado efectos extraños en mi, se deberá a mi falta de costumbre quizás.

Esa fue una de esas historias tiernas y empalagosas, ambos románticos y soñadores, tanto que cuando soñábamos volábamos al cielo y nadie nos paraba. Fantástico no?... No, nadie ponía el contrapeso, nadie tocaba la realidad y en un momento dado cuando por fin lo hicimos, el mundo no era tan bello, nosotros no éramos tan perfectos como todo el mundo nos había idealizado.

Cuando la historia tocaba su fin, cuando ya era hora de bajar por fin el telón, me negué a creerlo, me negué mil veces a aceptarlo y cerré los ojos literalmente ante una realidad innegable. Mis ojos se llenaron de lágrimas que corrían una y otra y otra vez por mi rostro… y en mis necias palabras y mi suficiencia creía que podía solucionarlo todo. El me miraba y sentía en sus ojos la súplica de un tácito “déjame partir”…

Aquella noche fue eterna para mi y según sé también para el. Yo seguí agregando párrafos a una historia terminada, cuyas líneas ya no tenían el significado ni el sentido que deberían. Era como intentar iniciar una segunda parte de la historia pero sin un argumento a seguir.

Pasaron meses hasta que deje de verlo y el dolor fue aun más intenso. Recoger pedazos de un pasado era mi pasatiempo por mucho tiempo, eran pedazos de vidrios filosos los que cogía sin importar las heridas que me causaran.

Una noche en la que había discutido con mi madre, me encerré en mi habitación sumergida en una impotencia y rabia…busque algo que hacer, cogí mi libro favorito de cuentos y me puse a deshojarlo, no pasaron ni 10 minutos cuando recordé que me faltaban algunos otros libros y recordé quien los tenía. Esa misma noche empecé a recolectar cosas, que alguna vez quise como si fueran mías, con la firme intención de regresarlas a su lugar y recuperar las mías.

Y así volví a verlo después de casi 2 años, lo noté bien y me dio gusto. Fueron tan sólo unos pocos minutos de saludarnos y entregarnos nuestras pertenencias. Pero fue más que suficiente para cerrar un libro cuyo fin había sido cantado hacía mucho tiempo atrás.

Algunos lo llaman casualidad, yo lo llamo destino

Un 17 en la noche, en ese ambiente embriagado no sólo con el aroma de un tekila recién destapado, limón y toques de perfume de hombre y mujer, se inicia una historia…

El día anterior no había pasado, concientemente, por la cabeza de ninguno de los dos nada de lo que el futuro nos había preparado. El destino había tejido delicada y pacientemente sus enmarañados caminos y los dos entramos y quedamos atrapados en el. Un dulce destino materializado en unos ojos grandes y curiosos, dispuestos a hurgar hasta lo más hondo de mis pensamientos, con tan sólo una mirada; materializados en unas manos que cariñosamente toman las mías acercándolas a sus apetecibles labios para plasmar en ellas un tierno beso.

Nunca llegue a entender como fue que me perdí en su mirada, nunca llegue a saber cuando rompimos la brecha de la amistad, quizás fue un deseo escondido en lo mas profundo de mis sentimientos, quizás fue el tiempo y el conocerlo más que me hizo cruzar esa brecha, o quizás simplemente casualidad como lo llamarían muchos; creo, en lo mas profundo de mi, que es la historia que el destino había preparado hace mucho y que ya nos tocaba vivir.

Después de aquel día, las imágenes de sus labios junto a los míos, su manos tomando las mías, sus palabras, su respiración pausada, habían quedado sueltas en mi cabeza. Mis sueños ya se habían vuelto para el, ya mi sonrisa era suya y el deseo incontrolable de verlo y abrazarlo crecían día a día.

Han pasado ya algunas semanas y la historia sigue en pie. Muchas cosas han pasado desde ese día, no todas hermosas pero cada una de ellas va alimentando este diario, esta historia, que inicio un 17 y que aún continúa y cuyo final aun no se sabe.