viernes, 15 de mayo de 2009

Yo soy Gabriella


Mi nombre es Gabriella y desde niña he sido mimada y engreída, con el tiempo eso no ha cambiado mucho, mucha gente opina que inspiro ternura. Cierto o falso es algo que a veces he tratado de cambiar.

Cuando niña no me importaba mucho tener la imagen de una niña dulce, aún de adolescente me sentía bien, más bien ese carácter mío tan especial me permitió conocer a las personas que más marcaron mi vida. Amigos a quienes puedo acudir ante cualquier problema o alegría, ex jefes que se encariñaron con la pequeña pelinaranja de desordenados cabellos y que casi siempre mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

Hace no mucho tiempo intenté cambiar esa imagen que me llego a molestar, odiaba que me tomaran como la inocente y tierna Gabriella. Quería mostrarles a todos que podía ser diferente y que hasta las rosas perfumadas e inofensivas tienen grandes espinas que pueden dañar y causar dolor. Intenté mirar la luna y sólo ver a un satélite brillante y no ver “al conejo de la luna” y quedarme embelezada sentada en un escalón de mi casa mirando a mi luna y único nexo ante amigos que están al otro lado del planeta.

En ese ínterin, en lugar de cambiar mi dulce imagen por otra menos dulce, terminé por mirarme al espejo y ver una imagen tan falsa como la fantasía misma. No me gustó en lo que me había convertido. Llegué a entrar a mi habitación y mirar los muñecos que había coleccionando como ajenos. Tuvo que aparecer un ser bastante siniestro en mi camino y al que intenté acercarme para recién ahí poder despertar.

Una obscura sombra se había apoderado de una parte mi camino y me vi reflejada en sus ojos llenos de rencor y sin escrúpulos para lograr lo que se proponía. Hice mi último acto fuera de mi esencia para volver a la dulce “Ginger”.

Ahora busco nuevamente “al conejo de la luna” y con el a mi verdadera esencia capaz de sonreírle al mundo por más adverso que parezca. Sé que es parte de la naturaleza humana el cambio pero hay cosas que son tan inherentes a nosotros que por más que intentemos cambiar siempre saldrán a flote y yo seguiré siendo la Gabriella de siempre.