jueves, 17 de diciembre de 2009

El adios???

Gabriella había tenido una noche pésima, el calor no la había dejado dormir plenamente, sus sueños se entremezclaban con los ruidos de la calle que la despertaban de su frágil sueño.

No es de extrañarse que al día siguiente sólo quería seguir en la cama… sus ojos reflejaban la mala noche; un buen baño y de seguro me despierto, por lo menos eso pensó Gabriella. Para el momento en que salía de la ducha, se sentía más relajada y con ganas de seguir durmiendo.
El dilema fue, ¿qué hago, me quedo en casa?... No lo pensó más y se quedo en su lecho cayendo profundamente dormida. No había pasado más de media hora cuando el bendito teléfono la despertó y con un gesto de desagrado contesto la inoportuna llamada.

Para su sorpresa era Sebastián, ella quedo sorprendida de escuchar su voz nuevamente y después de tanto tiempo. Su nombre en sus labios era música, Gaby le dijo y fue suficiente para que ella ya no supiera que hacer o que decir, Gaby volvió a decir y sus manos temblaban al sostener el auricular.

La emoción seguía latente durante la breve conversación que prácticamente fue sólo para citarla más tarde, cosa que Gabriella no había esperado que Sebastián hiciera pero que sin lugar a dudas acepto con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando Sebastián colgó el teléfono, Gabriella aún se quedo pegada al aparatillo asimilando la llamada e imaginando la hermosa sonrisa de Sebastián, tan perfecta, capaz de iluminar todo su mundo, capaz de enamorarla una y otra y otra vez.

Un par de horas antes de la cita, Gabriella ya estaba bañándose con delicadeza, secando su piel con suavidad y perfumando su piel con una de las lociones favoritas de Sebastián. Se recogió el cabello, vistió algo cómodo y bonito, se arregló, perfumó y puso en su cartera lo que necesitaba, por ultimo se sonrió al espejo y salió rumbo a su cita.

Se encontraron en un café no muy elegante pero si lo bastante acogedor en su aspecto algo rústico y a media luz. Ambos sonreían algo nerviosos sin saber como saludarse, darse la mano o un beso en la mejilla. El rostro de Gabriella aparentaba tranquilidad pero sus ojos brillaban más que cualquier estrella en el firmamento y el de Sebastián... ahhh Sebastián, lucía mas bien confundido... quería hacer algo pero se reprimía y desviaba la mirada, de cuando en cuando sonreía deslumbrando a Gabriella que sentía que el aire le faltaba.

Tomaron una botella de vino tinto mientras conversaban, ambos ya no temblaban, ahora la conversación sólo fluía tan natural como solía ser. Ambos reían ya sin miedo a nada, hacía mucho tiempo que Gabriella y Sebastián no sentían tanta felicidad.

Cuando se levantaron Sebastián la tomo de la mano mientras caminaban hasta llegar al departamento de Gabriella. Ahí ambos perdieron la noción del tiempo ambos muy juntos sintiendo como respiraban y el latir acelerado de sus corazones… pasaron varios minutos hasta que Sebastián se inclinó a besar con pasión los labios de Gabriella.

Cuanto tiempo pasó… fue mucho tiempo luego de eso. Aunque ambos sabían que sólo sería esa noche, que aquello no significaba que volverían a escribir juntos de nuevo una perfecta historia.

Gabriella despertó con el aroma de un perfume que ella muy bien conocía o simplemente era su imaginación que le gastaba una broma pesada.... de cualquier manera abrazó con fuerza su almohada y siguió durmiendo, quería que el aroma de Sebastián quedara impregnado en ella o en sus recuerdos por ultima vez.